domingo, 22 de diciembre de 2013

Posiblemente las tribus más antiguas del Planeta, Etiopia. (2)


Dia 5.- Por la mañana vamos a Omorate a visitar a los Dasenech, al pasar la frontera nos damos cuenta que a mi compañero Agustín le falta su pasaporte, sobornamos al guardia con 100 birrs para que lo deje pasar.

Pasamos el río en una canoa como la de la famosa foto de mi amigo Jesús Jaime, del que me acuerdo bastante en este viaje, gran conocedor de esta región y otras muchas de este continente. Llegamos al poblado y nos reciben todos en hilera ataviados con sus mejores galas para que elijamos a quien fotografiar, previo consiguiente pago de la tarifa. Te agobian bastante para conseguir ser tu modelo, el escenario es ideal pero la luz no acompaña, hace demasiada calor, pero hay que hacer lo que se pueda, no podemos desaprovechar semejantes personajes, sinceramente me ha sorprendido bastante esta curiosa tribu. Volvemos a pasar el rio en canoa y bebemos una Coca-Cola al otro lado para refrescarnos un poco antes de partir hacia nuestro alojamiento para comer. Los caminos son muy malos y bastante largos para ir de un sitio a otro, es lo que hay, estamos en Africa, en la antigua Abisinia que al menos en esta región del Sur sigue exactamente igual, en Turmi no hay luz eléctrica y nuestro alojamiento sólo dispone de cuatro horas al día de luz, tampoco hay internet.

Por la tarde visitamos un pequeño poblado de los Hammer muy interesante, es una tribu bastante peculiar sin duda alguna, de las que más me han sorprendido.

 
Tribu Dasenech
 
 
 
Dia 6.- Hoy visitamos a los Karo, nos espera un largo y duro camino, como ya es habitual, madrugamos bastante a eso de las seis y media ya estamos de pie para desayunar lo más pronto posible y empezar la ruta. Por el camino nos encontramos a unos pastores Hammer, la mujer tiene unos grandes cortes en la pierna infestados, unos turistas holandeses que vienen de camino le curan con su botiquín y le dan unos medicamentos para que mejore.
Tribu Karo
 
Al llegar al río Omo ya nos esperan los Karo preparados a posar para nuestras cámaras con la correspondiente tarifa, tienen sus caras y cuerpos pintados de blanco y los hombres ataviados con el rifle que acostumbran a llevar la mayoría de estas tribus. Paseamos por el pequeño poblado y buscamos nuevos modelos que se ofrecen sin parar bajo un enorme sol de justicia y un calor agobiante. Nos sentamos un rato a tomar algo fresco antes de emprender de nuevo el regreso, no hay donde comer y hemos de improvisar un picnic en el camino con algo de pan que hemos comprado y un sobre de jamón envasado al vacio que trajimos desde España, algo que no debe faltar en este tipo de viajes. Nos encontramos un jeep enclavado en la arena de unos médicos cooperantes alemanes, más tarde otro coche que ha volcado en el camino…
Por la tarde visitamos otro poblado de la tribu Hammer, vemos la puesta de sol de camino y preparamos la maleta para el dia siguiente cambiar a otro alojamiento.
Atardecer en Africa
 
 
 
 
Dia 7.- Camino de Jinka, donde estaremos tres días para conocer el plato fuerte del viaje, la tribu de los Mursi. Paramos para visitar el mercado Key After, la idea es pasar ahí todo el dia antes de llegar al nuevo alojamiento de Jinka, ha sido un dia perdido, suele suceder en la mayoría de viajes. El mercado en si no es nada interesante, al aire libre, con un sol tremendo y un calor insoportable, me desplazo a los alrededores para intentar fotografiar en algunos interiores colindantes y aprovechar algo el tiempo, comemos en un hotel muy cutre, la comida es incomestible y de vuelta de nuevo al mercado hasta que decidimos partir hacia el alojamiento, son tiendas de campaña espaciosas colocadas en alto sobre unos soporte hechos de madera, el entorno es maravilloso,  cerca de un rio. La ducha no sale caliente, tampoco hay internet, aunque la comida es bastante aceptable y el desayuno también, quizás de lo mejor del viaje.

Poblado de Los Mursi
 
Dia 8.- Nos adentramos en el Parque Nacional Mago para visitar los poblados Mursi, como ya es habitual cogemos un guía local que nos acompaña (medida del gobierno etíope) y después de casi dos horas  por los habituales intransitables y polvorientos caminos llegamos al primer poblado donde rápidamente te asedian para que los fotografíes previo pago de cinco birrs, no les gusta los billetes rotos y aquí casi todo está deteriorado y asquerosamente sucio. Es difícil concentrarte y buscar una buena imagen, te persiguen, te tiran del brazo, te pellizcan… Pero hay que buscar la imagen como sea, el poblado está repleto de moscas que se paran en sus caras y revolotean por todos sitios, es agobiante.
Realmente es impresionante que en el tercer milenio aún queden estas culturas por el mundo, la mayoría desnudos de cintura para arriba y ataviados con adornos en la cabeza, los clásicos platos en el labio inferior y cicatrices en su piel, algo único.
Cambiamos de poblado, el siguiente es  aún mejor, con mayor variedad de caracterizaciones, se preparan sin duda para que sean elegidos por el fotógrafo y así poder ganar más dinero, algunos llegan a cambiarse el vestuario y adornos para que vuelvas a elegirlos de nuevo sin darte cuenta que ya lo has  fotografiado, es realmente asombroso. Acabas loco, fotografiando de nuevo a los mismo casi sin darte cuenta. Regresamos al alojamiento para comer, no hay otro lugar por aquí, descansar un poco y por la tarde pasear por los alrededores donde habitan los Arri, otra comunidad de esta zona.
Continuará...

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