Anta |
Cuando llevas tiempo en un mismo sitio es conveniente cambiar de lugar para luego volver a retomar el tema con una nueva visión, así lo hice y me fui a Perú, había visto una magnífica exposición de Castro Prieto y compré su libro "Perú, viaje al sol", me puse en contacto con él para que me aconsejara sitios y sobre todo un guía, lo más importante para el fotógrafo.
Me fui al Valle Sagrado de Los Incas y me alojé en la casa de Eugenio Serna, el guía que había tenido Castro en sus viajes por esta zona, era época de lluvias, pero tuvimos suerte, llovía casi todas las noches, pero luego de día casi siempre escampaba y gozábamos de unas nubes maravillosas para fotografiar.
Isla de Taquile |
Eugenio ha sido sin duda uno de los mejores guías que tenido en mis viajes, fue profesor y policía hasta que decidió dedicarse al negocio del turismo que es lo que acaba dando más plata en estos lugares, vivía con su esposa y algunos de sus hijos en una casa del barrio de San Blas donde alquilaba habitaciones. De allí salíamos todas las mañanas bastante temprano para realizar la ruta que habíamos hablado el día anterior.
Visitamos todo el valle Sagrado, Pisac, Chinchero, Qoya, Ollantaytambo, Anta, Maras, Chicacupe, Combapata, Urcos, San Jerónimo, Calca, Huaracondo, Pucyura, Piñipampa, Oropesa, San Salvador, todo ello saliendo siempre desde nuestro alojamiento en la capital del valle, Cuzco.
Era alucinante ver como los habitantes del valle que hablaban quechua, lengua autóctona de Los Andes y que Eugenio dominaba a la perfección, todavía vestían como había visto en las fotos del gran maestro peruano Martín Chambi, sinceramente no creí poder encontrarme a gente así todavía. Por el camino íbamos parando donde veíamos escenas interesantes y Eugenio hacía de intérprete y luego dábamos una propina por las fotos que la mayoría de las veces se gastaban en la chichería, lugar donde toman chicha, una bebida típica de la zona destilada con alcohol.
Chichería de Qoya |
Visitamos Piñipampa donde se fabricaban las tejas y Oropesa donde se hacía el pan, lugares que en mi siguiente viaje de 2010 quedaron sepultados por el agua en unas torrenciales lluvias, fue bastante triste.
No podía irme del valle sin visitar Machu Picchu, el lugar sagrado de Los Incas, la verdad que llegué a pensar si merecía la pena sacrificar más de un día de viaje por una sola foto, pues al fin y al cabo es lo que vas a sacar allí en definitiva, pero había que hacerla, no podía faltar en la selección final y cuando estás allí en todo lo alto y lo contemplas comprendes que es unos de los lugares mágicos de este mundo, es algo indescriptible, si vais a Perú no dejéis de visitarlo, no lo olvidaréis nunca.
Cogimos el tren hasta Aguas Calientes, allí se ha ido formando una pequeña aldea dormitorio para aquellos que quieren pernoctar y subir a primera hora del día para contemplarlo en su mayor esplendor, eso hicimos nosotros, aunque todavía recuerdo el olor a insecticida de las sábanas de aquella pensión, pero mereció la pena.
Al día siguiente nos quedamos en Cuzco, tuve una caída el día anterior y me costaba caminar, así que no fuimos con Eugenio de viaje ese día. Al regresar al alojamiento después de descansar un rato comencé a preparar el equipo para el día siguiente y entonces me di cuenta que me faltaba una de las bolsas, donde estaba la panorámica Noblex y las películas que había realizado en todo el viaje, era lo que más sentía, todo el viaje hecho en el valle perdido, aquellas situaciones, los personajes, escenas que no volverían a repetirse. Me entraron ganas de regresar a mi país, estaba hundido. Entonces llegó Eugenio y le conté lo sucedido, pensé que sería alguien que vivía en el interior y en ese momento llegó un muchacho que no conocía, estábamos hablando y se produjo un cruce de miradas entre ambos, que me pareció delatarse, acto seguido se descubrió, había vuelto por el pasaporte que había olvidado y dijo que fueron unos amigos que vinieron por él, así que le dije que sino aparecía en una hora llamaría a la policía y él iba a cargar con la culpa.
Niños pastores en el Valle Sagrado |
En menos de una hora apareció un muchacho con una mochila y la bolsa dentro con todo en su interior, tuve la gran suerte de que esta cámara es un poco extraña para quien no la conoce, si hubiesen cogido la mochila grande que estaba al lado, con la Hasselblad, la Contax, que fueron las otras cámaras que llevaba para este viaje junto a otra panorámica, la Horizon rusa, para hacer infrarrojo, además en su interior había dinero, pasaportes, billetes de vuelta, todo... Esa no habría aparecido. Fue una auténtica suerte, ha sido la única vez que me robaron hasta la fecha en todos mis viajes. Pude recuperar estas imágenes que ilustran el blog, es lo que más me importaba.
Niño cargado con leña el Domingo de Ramos en Maras |
De vuelta a Puno fuimos a Arequipa a coger un vuelo hasta Lima para desde allí regresar a España, fue un viaje inolvidable, que nos dejó con ganas de volver en un futuro.
Creo que es la parte de tu blog que más me ha gustado, seguramente porque pasé en esa zona casi cuatro meses impresionantes en el año 96; para ese viaje compré mi primera reflex. Y menos mal que fuiste a Machu Picchu, te hubiera aporreado con el 18-200 si no lo hubieras hecho :)
ResponderEliminarBuen reportaje Juan Miguel.
ResponderEliminarSaludos.