martes, 24 de abril de 2012

15 años de viaje por el otro mundo (Cuba, 2004)

Después de un paréntesis de tres años, me apetecía volver a Cuba. Esta vez fuimos como la primera vez, dos parejas. Nos acompañaron  José Luis Moreno y Rosi, su esposa. Desde La Habana partimos hacia Trinidad en la guagua de Via-Azul y allí alquilamos un coche para recorrer la Isla, después de nuestro obligado alojamiento en casa de Mandy nos trasladamos a Santiago de Cuba haciendo noche en Camaguey, la ciudad de los tinajones, como le llaman.

Guajiro en las calles de Trinidad


Al llegar a Santiago no pudimos alojarnos en la casa que nos recomendó Mandy, pues estaban  sin agua y gracias a ello conocimos a Francisco y Aimée, un matrimonio excelente con una casa colonial muy cerca del centro y una comida inmejorable, que pena que estén tan lejos. Allí recorrimos todos sus alrededores, Songo, El Caney, El Aceite, El Socorro, Baconao y El Cobre, donde está la famosa Virgen del Cobre, lugar de peregrinación de los cubanos y donde te asaltarán para venderte, lavarte el coche, pedirte..., como en ningún otro sitio de Cuba, no podrás aguantar demasiado allí, a pesar de ello conseguí hacer a mi juicio una de las mejores fotos del viaje, un retrato de un niño con una sombra alargada en formato panorámico.

El Cobre
Después de unos maravillosos días en aquella zona y en casa de Francisco y Aimée partimos para La Habana haciendo noche en una casa que nos recomendó Francisco en Sancti Spiritus.

Hicimos una parada en Varadero, para que las señoras se dieran un baño en una playa cubana de cierta fama, pero que fotográficamente no tenía nada, parecía incluso que habíamos cambiado de país. No perdimos más tiempo allí y regresamos a la capital de la Isla donde fuimos a visitar a Abilio que nos hizo de chófer y nos llevó al Valle de Viñales a comer nuevamente una langosta en casa de Nora y Luis, como en los anteriores viajes, con la sorpresa de que a éste lo habían metido preso por vender langosta en el paladar, algo totalmente prohibido por el gobierno cubano.

Por el camino hicimos muchas fotos de aquella singular zona que para mi sigue siendo la más interesante de Cuba, carretones de bueyes tirados por guajiros, plantaciones de tabacos y mucha tranquilidad, donde la gente va a lo suyo y no te aborda continuamente con sus problemas, algo bastante usual sobre todo en la capital donde se hace dificil transitar sin que se te pegue nadie intentando sacarte algo.

Guajiro con bueyes






Como siempre fue una delicia escuchar a Abilio todo el camino, que nos contaba sus historias, esta vez algo más místico, se había convertido a una religión afro-cubana y estaba pendiente de conseguir la visa para marchar a los Estados Unidos, donde le esperaban su hija y su madre, dejando a su mujer en Cuba que debía cuidar a su madre.

No pude menos que agradecerle el que me hubiese servido de guía todos estos años por La Habana con una buena aportación que le ayudara en su viaje para emprender una nueva vida, nos despedimos, quizás para siempre, no le he vuelto a ver, sólo a través de Internet, aunque ya hace tiempo que no hablamos.

La Habana estaba cambiando, a Rosi le dieron un tirón y le robaron su cámara de video, algo impensable años atrás, a partir de ahí había que andarse con cuidado en ciertos lugares por donde años atrás me había adentrado a fotografiar sólo y sin ningún problema. Esta vez utilicé mi nueva panorámica la X-Pan II, junto a la Noblex 135-U y la Contax G-2, todas en formato argéntico y con 35 mm., en blanco y negro. Cuba me seguí calando hasta los huesos, tenía algo especial y deseaba volver de nuevo.

Todas las fotos que aparecen en este trabajo están a la venta en cualquier tamaño, consultar mi web en este enlace: http://www.juanmiguelalba.es/portfolios.htm y también en una carpeta que contiene cinco fotografías a elegir en tamaño 20x30 cms., impresas en papel de fibra con tintas pigmentadas a un precio especial de 80 euros). Se encuentra en preparación una caja de artista de edición limitada con las 100 fotografías seleccionadas de todos los viajes en formato A4 o A3, impresas con tintas pigmentadas de gran estabilidad en papel de fibra co datos de todos los viajes realizados.
 
 

martes, 10 de abril de 2012

15 años de viaje por el otro mundo (India, 2004)

Llegó la hora de cambiar de registro, ya estaba un poco cansado de Latinoamérica y me apetecía un cambio radical, así que me fui a India. Como siempre consulté con expertos en el tema y esta vez mi amigo Jesús Jaime era el más idóneo, había visitado el país en algunas ocasiones por distintas zonas, así que una tarde fuimos José Luis Moreno y yo a su casa de Mijas, parece que fue ayer, lo estoy viendo mostrándome imágenes digitales a las que les había metido nieblas o nubes bromeando conmigo que en aquel entonces no quería saber nada de aquel nuevo sistema que no acababa de convencerme. Yo seguía con mis carretes y me fui a la India con mi Hassel, la Contax y las panorámicas Horizon y Noblex y un montón de películas en blanco y negro y algunas diapositivas en color.

Niño en Rajastán


Jesús nos aconsejó que fuéramos a Rajastán, era lo mejor para un primer viaje, así que mi nuevo compañero de viaje y yo trazamos un recorrido saliendo de Delhi, por Bikaner, Mandawa, Jaisalmer, Pushkar, Jodhpur, Jaipur y Agra, donde está el Taj Mahal, para regresar de nuevo a Delhi y directamente a España. Nos acompañaron Carlos Verdú, un fotógrafo catalán y un amigo suyo, así que cogimos dos 4x4 para ir más cómodos y recorrimos la zona durante el mes de Febrero. Contratamos el viaje por Internet, estudiando las mejores ofertas y la verdad que esta vez el guía nos falló, no estaba muy por la labor fotográfica y se mosqueaba bastante cuando no queríamos acceder a sus peticiones de visitar palacios o ir de compras.

Mujer de Jaisalmer

Realicé 75 rollos en blanco y negro y 11 de diapositivas en color, alrededor de 2000 imágenes, de las que quedaron seleccionadas 30 fotos con las que realicé una exposición en la Sala del Corte Inglés de Málaga, también se expuso en la Sociedad Fotográfica de Guipúzcoa en San Sebastián. 
Fue un viaje muy interesante, conocer una cultura totalmente distinta, aunque con los problemas del idioma, algo fundamental para poderte relacionar con las gentes del lugar, eso en Latinoamérica no sucede.

Dejamos una puerta abierta a este importante lugar que en su extensión es tan grande como Europa y merece la pena recorrerlo a todo lo largo, pero como siempre suelo hacer en mis viajes, prefiero abarcar poco y no perder mucho tiempo en moverte de un lado a otro, ese día de desplazamiento al final no haces nada. He seleccionado estas tres imágenes de este viaje, ya que luego vendrán otros dos más adelante.

Madre e hija en Jaisalmer




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No quiero cerrar el capítulo sin recordar a un maravilloso cocinero de Jaisalmer que nos hizo más llevadero la comida indú, algo dificil de acostumbrarse por sus condimentos, y el no saber que te estás comiendo, era como jugar a la ruleta rusa cada vez que pedías un plato, al final acabábamos pidiendo arroz con vegetales y terminas un poco harto de ello. Son las partes negativas de estos viajes "exóticos", muy interesantes fotográficamente hablando, pero que tienes que soportar un montón de vacunas antes de salir y llevarte algo de comer si quieres subsistir varios días, pues en todos sitios no hay infraestructura para comer medio decente y cuidado con la carretera, es de locos conducir allí, ya me lo advirtió Jesús y no pensé que fuera para tanto. Lo cierto es que ya no podremos hablar más de viajes, de fotografía, de tantas cosas, que aún le hecho de menos, la fotografía te da la oportundad de conocer a mucha gente, pero amigos de verdad, como Jesús hay pocos.